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La osteoporosis, qué es y cómo tratarla

Escrito por nutriciónalas6 el lunes, 3 de noviembre de 2014 | 6:00:00

¡Buenos días! Comenzamos ya el penúltimo mes del año y lo hacemos hablando de una patología muy común, sobre todo en mujeres en la menopausia o post-menopáusicas y personas de edad avanzada. Debido a que el pasado 20 de Octubre fue el Día Mundial de la Osteoporosis, hoy queríamos dedicarle el post a esta enfermedad.
La osteoporosis es una enfermedad difusa del esqueleto que se caracteriza por una disminución de la masa ósea y un aumento en la fragilidad del hueso. Afecta tanto a la matriz proteica del hueso como al compartimento mineral, aunque la estructura y grado de mineralización son normales.
El hueso es un tejido vivo en constante formación y destrucción, formado por una matriz orgánica proteica, basada en colágeno, que se entremezcla con minerales dando lugar a su forma y función. Como veremos a continuación.
Diferenciamos dos partes:
  • Cortical: la parte del hueso más dura.
  • Trabecular: la parte más blanda y, por tanto, la que se debilita más. Es la parte activa que crece.
Estas dos partes se componen de:
1. Sustancia matriz. Fibras colágenas ricas en prolina, lisina e hidroxiprolina, junto con la parte mineral constituida por calcio y fosfato depositado en forma de cristales.
2. Células. Encontramos 2 tipos de células, que se comunican e interaccionan entre sí:
Osteoblastos. Son los responsables de la síntesis proteica que permite formar colágeno y otras proteínas de la matriz. Sobre esa matriz se depositan los minerales. 
Osteoclastos. Son células responsables de la destrucción o resorción del hueso.
El hueso tiene una actividad de procesos de remodelación y renovación y una actividad mineral sistémica que permite proveer material mineral al organismo. En ello intervienen por una parte tres tipos de órganos, el propio hueso, el intestino y el riñón, que implican a tres tipos de hormonas:
  • La parathormona: cuando hay poco calcio en sangre tiene lugar un aumento de esta hormona, provocando la resorción o destrucción del hueso para hacer que aumente el calcio en la sangre.
  • La calcitonina, se activa sobre todo en procesos de crecimiento ya que es la encargada de formar nuevo hueso.
  • La vitamina D, encargada de absorber el calcio para el metabolismo del hueso.
La principal causa que provoca la osteoporosis es la adquisición de un pico de masa ósea insuficiente al final del desarrollo del esqueleto (entre los 15-20 años), que puede tener lugar debido a la falta de un patrón dietético adecuado y/o de ejercicio físico regular a esas edades.
Sin embargo, podemos encontrar muchos otros factores, algunos modificables como es el caso de la dieta y/o nutrición, la realización de ejercicio físico, la ingesta de fármacos, alcohol, café o  el tabaco, y otros no modificables como la edad, la genética y factores hormonales, la presencia de menopausia, la raza y/o etnia.
La sintomatología incluye dolor, sobre todo de espalda (por aplastamiento de las vértebras), fracturas por simples golpes o caídas y deformaciones.
El mejor tratamiento para la osteoporosis es la prevención mediante una adecuada alimentación desde que somos pequeños. Una combinación terapéutica de calcio y vitamina D, particularmente en personas con una baja ingesta de calcio o una baja exposición solar parecen ser la mejor prevención contra la osteoporosis.
La suplementación con calcio se debe estudiar, sobre todo en personas con problemas de riñón.
Como recomendaciones generales, debemos realizar ejercicio físico. Por un lado esto nos ayuda a mantener un peso ideal, y seguramente a evitar fracturas por presión, y por otro lado,  porque el ejercicio mejora el equilibrio y disminuye así el riesgo de caídas; además, muchos estudios afirman que la actividad física aumenta la densidad ósea. El ejercicio físico realizado en la adolescencia y juventud puede ser un factor protector decisivo. Asimismo, si realizamos deporte en la calle vamos a asegurar una adecuada exposición solar y por tanto, un adecuado aporte de vitamina D (uno de los minerales relevantes dentro de esta patología).
Se debe dejar de fumar y no consumir alcohol ya que ambos aumentan la excreción de calcio, ya que inhiben su absorción.
Dentro del tratamiento nutricional, debemos tener en cuenta realizar una dieta adecuada y equilibrada, es decir, normocalórica y normoproteica y con una ingesta de 2-4 raciones de lácteos al día, para asegurar el aporte de calcio y fósforo.
Como ya comentamos en el post calcio y articulaciones, la absorción del calcio se ve disminuida por ciertas sustancias como los fitatos y los oxalatos que encontramos sobre todo en verduras muy verdes, el exceso de fibra tampoco parece ser positivo para la absorción de calcio sin embargo, esto no significa que debamos limitar su ingesta ya que son más los perjuicios que los beneficios de no tomarla. Relacionado con la fibra encontramos la ingesta de cereales; debemos escoger la versión integral ya que al no refinarse mantiene muchos micronutrientes, y no debemos olvidarnos de las legumbres las cuales sí que son una buena fuente de calcio.
La cafeína también interviene negativamente en el depósito del calcio en el hueso, ya que un consumo excesivo de cafeína favorece la excreción de calcio, lo mismo pasa con el consumo de sodio, ya que su eliminación por orina, va asociada a la de calcio.
Aunque además de los lácteos existen muchas otras fuentes de calcio (legumbres, pescado, verduras y hortalizas), y de hecho los lácteos no son la fuente más rica en calcio, lo cierto es que a diferencia esas otras fuentes, los lácteos son una fuente sencilla de obtención de calcio y tienen otras sustancias y factores que favorecen su absorción, como la lactosa. Por ello se recomiendan las ingestas previamente mencionadas, si no existe ningún problema de intolerancias la los lácteos más concretamente a la lactosa.
Por otra parte, se debe asegurar un consumo de pescado de aproximadamente 4 veces por semana siendo al menos una en forma de pescado azul, ya que es un alimento rico tanto en calcio como en fósforo y vitamina D. Los pescados que consumimos con espinas como los boquerones o sardinas y el bacalao seco y el caviar son los pescados con más aporte de calcio que podemos encontrar que pueden perfectamente servir como fuente de calcio además de los productos lácteos.
Aunque consumamos especias en muy poca cantidad y por tanto, el aporte neto es bajo, se debe destacar que éstas, como comino, sésamo, albahaca, laurel, pimienta, orégano etc., tienen un alto contenido en calcio. De este modo, utilizar las especias como condimento es muy beneficioso para aumentar el consumo de calcio, además, debemos pensar que al añadir especias vamos a disminuir el consumo de sal y asimismo de sodio, por lo que el beneficio es doble.
Por último, consumir frutos secos, un pequeños puñaditos al día tiene múltiples ventajas ya que son ricos no sólo en calcio sino en muchos otros nutrientes relacionados con la prevención de la osteoporosis y del colesterol elevado entre otras enfermedades.
Con esto terminamos, no sin antes recordar que ante cualquier duda que tengamos lo mejor es ponernos en manos de un especialista, en nuestro caso, de un nutricionista-dietista diplomado, que es la persona que mejor os va a ayudar a llevar una alimentación adecuada a cada patología y situación fisiológica.
Un saludo y ¡feliz lunes!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
Conocimientos adquiridos durante la Diplomatura de Nutrición Humana y Dietética.

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